lunes, 3 de marzo de 2014

ASI DE FACIL ~Capitulo 1~

AILYN.


-¡Hey! Tanto tiempo -apenas era capaz de respirar, no podía creerme que estabas allí, delante de mí
-Hola -que tonta soy, decir algo tan simple, pero es que no se me ocurría nada mejor.
Sonreíste y un silencio de 30 segundos nos invadió.
-Voy camino a la universidad, siempre paso por la calle aledaña. Me alegro haber cambiado de ruta esta mañana ¿siempre pasas por aquí a estas horas?
Tenías la voz un poco diferente, tan solo era un poco más grave pero con ese acento tan peculiar al final de las palabras.
-Ah, si. Es camino a la Uni -me sentía estúpida, pero no recordaba que su mirada fuera tan intimidante, bueno antes no lo era. Reíste llevándote la mano a la boca y bajando la mirada deteniéndola en mis zapatos.
-Son lindos, -con tu pie tocaste ligeramente los míos -aunque no son tu estilo -alzaste la mirada directo a mis ojos, que de por si estaban perdidos en ti -¿o cambiaste tu amor por los tenis?
-¡No! -conteste rápidamente -es solo que mamá dice que no puedo usar toda la vida tenis, que de vez en cuando debo ponerme "tiritas-de-cintas" cuales causan que tenga frío en los pies -todo lo dije con un todo de ironía y reíste abiertamente . Luego de recuperar la compostura me miraste
-Tímida al principio y cinco minutos después con un dejo ironía en las palabras, Ailyn Darys, sigues siendo igual a como te recuerdo a los 12 años; claro que, mucho más hermosa. -Sonreiste, una verdadera sonrisa; esa que logra que entrecierres los ojos.
El celular sonó justo cuando iba a decir algo
-¡Diablos! -grite al mirar la hora- ¡se me hace tarde!
Volviste a reir pero más discreto y en son de burla. Entonces tomaste mi brazo y con una pluma, que se encontraba guardada en la bolsa de tu camisa azul pálido, escribiste junto a tu numero con hermosa caligrafía: Dareth Brandz
Tendiste la pluma hacia mi, la tome y en tu brazo izquierdo, con la misma detestable escritura que tengo, escribí mi numero junto a mi nombre.
-Te hablare -prometiste
-Esperare

Seguidamente nos alejamos por caminos distintos, volteaba a ver cada diez pasos divisando cada vez más lejos tú figura. Luego de  ocho años te volví a ver y una sonrisa asalto mi rostro.
_____________________________________

Sentí unos ligeros toques en la cabeza, levante la mano agitándola, esperando que aquello que me molestara se fuera
-Despierta, Ailyn, despierta ya! -la voz era irritante además de que sacudían mi espalda
-vamos, cinco minutos más -suplique quitando las manos de mi amigo de mi espalda
El receso tan solo duraba 20 minutos, así que les dabas uso para comer o como yo, que los aprovechaba para dormir.

De mala gana me levante de la silla tomando el toper con fresas sin tocar de la mesa donde segundos antes era una cama para mi cabeza. Sin decir nada comenzamos a caminar de regreso al salón de clases.
Fabian se había vuelto mi amigo a las pocas horas de entrar a la universidad, luego de que botara accidentalmente mi mochila y descubriera lo incompatibles que eramos, por lo que no era una candidata con cual ligar.
-Allí esta -lo escuche susurrar dirigiendo mi mirada hasta donde la de él se encontraba
-Háblale -argumente para luego morder la primera fresa del día
-¡Imposible! -se volvió de golpe logrando que me atragantara
-¡Diablos Fabian, no me sorprendas así cuando como! -mire de nuevo a la chica que se encontraba a unos pasos de nosotros -sabes que no puedes ser toda la vida "el-chico-que-le-pasa-las-tareas"
-No seas exagerada
-Háblale
-Ailyn, tiene novio, imposible acercarme
-El hecho que la chica tenga novio no es pretexto para no hablarle, bien podrían ser amigos, quizás te des cuenta que realmente no te gusta o todo lo contrario y a ella igual le gustes y deje al estúpido futbolista que tiene de novio -Fabian dejo escapar una risa luego de la descripción acertada del chico del sexto semestre
-Vallamos al salón
-Como quieras, pero insisto que no es tu tipo
-Al menos es todo lo contrario a ti -le di un ligero golpe en el hombro para luego reír

La maestra no había llegado, aun así entramos al salón, Fabian tomo mi libreta y comenzó a leer la investigación de campo marcada días atrás
-¿Aun no habla? -lanzó de pronto las palabras como cuchillas
-No se de que hablas
-No dejas el celular, Lyn, siempre miras tu brazo como esperando que su "hermosa caligrafía" aparezca. Bien que podrías llamarlo
-Dijo que llamaría y dije que esperaría

No volvió a decir nada más continuando leyendo el reporte de su libreta dejando de lado la mía.
Había pasado aproximadamente 10 días desde que vi de nuevo a Dareth, no es que esperara que él llamara, bueno, si lo hacía pero todo era inconscientemente. Lo juró. Quizás tan solo había sido cortes diciendo que llamaría pero en realidad no planeaba hacerlo.

-Las opiniones son tan diferentes, pero excesivamente interesante -el pelinegro me saco de mis pensamientos absurdos
-Definitivamente -me apresure a contestar- no todas las personas tienen la misma opinión, mas bien no todas las personas le dan la misma importancia a la tan degradada capa de ozono que tenemos
-No me refiero a mi trabajo, hablo del tuyo
-oh, bueno, el impacto que causo en los años 80's la empresa salinera fue bastante amm, como decirlo, ¿alarmante? Fue bastante impactante escuchar todo tipo de comentarios
Salte de mi silla al escuchar sonar el celular, lo tome y voltee hacia Fabian la pantalla para que viera quien llamaba
-Contesta! que esperas! -ordeno, respire profundo y deslice el botón verde
-Dos de la tarde. Bisquets Obregon por 62 y 61. Yo invito
-Ah, huh, hola? -escuche una risa tras mi contestación
-Hola, te invito a comer -pude imaginar una sonrisa torcida en su rostro
-Wau, que manera tan romántica de invitar a una chica -conteste con sarcasmo
-Bueno, tenia algo de miedo que no contestaras o que colgaras antes que te invitara por no haberte llamado antes
-Si claro, como si solo estuviera esperando tu llamada -a Fabian se le escapo una risa y tras el auricular otra risa se escucho
-Entonces... ¿te veo allí?
-Ok
-Ok -reí, su contestación me recordaba a la temática de un libro, algo que hubiera planeado con algien que supiera y tuviera el mismo amor por aquel libro; pero así de improviso y natural se escuchaba más bello. Colgó luego de un silencio de cinco segundos.
-¿Y bien? -la curiosidad llenaba el rostro del pelinegro
-Bisquets Obregón, dos de la tarde, él invita
-Diablos! -si, Fabian era el responsable del uso de aquella palabra en mi vocabulario -quiero luego todos los detalles lascivos que ocurran
-No lo habrán -estallo en risa de nuevo. Si, supongo que en estos momentos de mi vida todo se basa en risas tras risas
-Bien señorita "no-pienso-enrollarme-con-un-tipo-solo-porque-es-extremadamente-sexy-y-tiene-una-hermosa-caligrafía" -las palabras salieron algo atropelladas por la rapidez con las que las dijo- Entonces, al menos espero todos los detalles cursis que sucedan
-De acuerdo -puse los ojos en blanco, aunque realmente no espero que algo "cursi" pasé.

Cuando dieron por terminadas las clases guarde rápidamente las cosas y salí literalmente disparada del salón sin siquiera despedirme de Fabian, si quería llegar con tiempo de anticipación tenia que alcanzar a subirme al autobús que pasaba en cinco minutos frente a la escuela.
Podría jurar que me veía desesperada, pero deseaba verlo de nuevo. Habían pasado años desde la ultima vez que hablamos y jamás tuvimos contacto alguno por lo que cualquiera de los dos podría haber olvidado al otro. Simplemente eramos unos niños cuando decíamos que siempre seriamos amigos y que no por las diferencias de educación de nuestros padres perderíamos contacto.
Muchas promesas se perdieron con el tiempo y en verdad recordaba la mayoría.

El viaje en autobús se me hizo eterno pero llegue con 20 minutos de anticipación. Al entrar por la puerta del restaurante familiar, el chico allí de pie me dio la bienvenida
-Buenas tardes, viene sola o esperara a alguien?
-Si, espero a alguien
-¿le ofrezco alguna mesa en especial? -mire a los alrededores esperando ver una mesa adecuada, entonces fue cuando un chico tomo mi atención, este miraba por la ventana mientras movía lentamente una cuchara en la taza de café que traía enfrente
-Olvidelo, ya esta aquí -comente dirigiéndome a la mesa donde se encontraba un distraído Dareth.



Anterior - Siguiente